Crónica local

DESDE ANCHO
AGUAS ESTANCADAS DE MOLINAO

La Voz de Guipúzcoa, 1890-09-09

Ancho 8 de Septiembre de 1890
Sr. Director de La Voz de Guipúzcoa

Muy señor mí­o y amigo:

Serí­a conveniente que nuestra autoridad crease una plaza de alguacil temporero, aunque nada más fuese con el fin de vigilar á los muchos chiquillos que al paso del tranví­a por Ancho se lanzan sobre el carruaje, no sin perjuicio de exponerse de ser ví­ctimas de un atropello, porque sucede que aquellos, como carecen de escuelas donde estar recogidos, se acuerdan más de hacer daño donde pueden o de correr tras de los carruajes, que de lo que con tales juegos puedan acarreárseles. Mañana que Pasajes nos dote de los centros de instrucción que venimos pidiendo y que tanta falta hacen, no se verán esas turbas de mozalbetes apedreando a todo bicho viviente, y la plaza que ahora se crease, podrí­a ser suprimida con tal motivo.

Las aguas estancadas de Molinao continúan igual que el año pasado, y podrí­amos decir que peor, porque cada vez aumenta más el olor pestilencial que despiden y se hace insoportable su estancia a los vecinos que habitan al lado de esos focos infecciosos e insalubres, de donde no puede esperarse otra cosa que el desarrollo de una epidemia.
Los terrenos de Molinao son propiedad de varios individuos a quienes se les debe obligar a sanearlos.
Donde hoy existe un charco de agua corrompida, ayer era bañada por la marea que limpiaba todas las impurezas; donde antes se veí­a agua cristalina y clara, ahora se ve una capa verdosa por encima y un negruzco lodo por abajo; donde años anteriores existí­a agua clara y limpia, hoy se ve agua repugnante, pestilencial, convertida en depósito de toda clase de objetos en estado de putrefacción, sin que nadie intente siquiera evitarlo.

Hora es ya que las autoridades y prensa de la provincia tomen parte activa en el asunto y miren por el bienestar de sus convecinos de Ancho, a quienes parece se les tiene olvidados por completo, pues no hay veraniego que esto visite que no censure el estado de esos terrenos y huya del olor pestilencial que despiden sus aguas y haga comentarios muy poco favorables para sus dueños, como sucedió el dí­a pasado, entre los cuales contábanse uno o dos médicos de reputada fama; aunque hay sin embargo quien dice sufre Ancho una fumigación diaria con los humos de Capuchinos que combaten gran parte esas miasmas y que debido a ellos no se desarrolló tanto el año pasado la epidemia variolosa.

Por lo que se ve, todo es predicar en desierto, y no hay consideraciones para los que sufren, pagan y callan, como viene sucediendo a los honrados vecinos de Ancho.
Se repite hasta otra su afectí­simo su seguro servidor q.b.s.m.

El Corresponsal