Pasajes nº 8, 1934

Testimonio de nuestro peculiar optimismo es esta fotografí­a que reproduce el «formidable encierro» del año pasado.

Todo humor e ingenio. Dos consideraciones con que alcanzamos a definir el acertado festejo que tan brillantemente organizaron los entusiastas elementos del Club Pasayako. La sonada «burrada» de 1933, así­ como la (…) novillada de 1932 a cargo del Kabi-Chiki, son festejos que solo pueden hacerlo los pasaitarras.

Que no perdamos nunca esta estela de alegrí­a deseamos quienes componemos PASAJES a todos nuestros lectores.