Los Tres Pasajes, nº 10, 1952

Uno de los centros de enseñanza más antiguos y acreditados de Pasajes es la Academia de don Evaristo Urtasun, profesor mercantil y autor de un libro de Contabilidad y Tributación, de texto en la Academia CEPEC (Centro Profesional de Enseñanza por Correspondencia) de San Sebastián, de la que es, asimismo, director.
Hemos creido de interés para los lectores darles a conocer algunos detalles relacionados con la Academia del Sr. Urtasun, de la que han salido preparados centenares de alumnos de uno y otro sexo, que ocupan puestos en oficinas de variada í­ndole, y a tal efecto le hemos visitado en su despacho de la misma.

¿Cuándo creó Vd. esta Academia? –empezamos preguntándole.
–En 1935, o sea hace 17 años.
¿Cuenta Vd. con muchos alumnos?
–Hasta hace unos l0 años no alcancé a tener 20 alumnos, pero este año he llegado a los 80.
¿De qué edades?
–La mayorí­a oscila entre los 14 y 20 años, pero siempre hay algunos que rebasan dicha edad, pues el horario de las clases, de 8 a 9 de la mañana y de 7 a 9 de la tarde, permite acudir también a los que están empleados.
¿Son de Pasajes todos sus alumnos?
–No; vienen también de Renterí­a, Lezo, Oyarzun, Alza, Herrera y Ategorrieta.
¿A qué atribuye Vd. principalmente el gran incremento del número de sus discí­pulos en en los últimos años?
–A que va aumentando mucho el interés por los empleos de oficinas, que tanto para los hombres como para las mujeres representan, por lo general, un porvenir mejor que otros oficios; a que mi Academia es en Pasajes la única dedicada a la enseñanza de la Contabilidad –al menos con autorización legal– y también, a que no existe ahora tanto afán cómo en algún tiempo por estudiar en academias de San Sebastián.

Esto último se comprende perfectamente, pues en realidad, no hay necesidad alguna de desplazarse a San Sebastián, cuando se cuenta aquí­ mismo con una Academia cuya enseñanza, moderna, rápida y eficaz, se ha puesto de manifiesto tan evidentemente, que no tiene por qué envidiar a la mejor de la capital en lo que respeta a la preparación para oficinas. Esto, por otra parte, nada tiene de sorprendente, dada la capacitación profesional del Sr. Urtasun, que, además de profesor, es asesor técnico de importantes Empresas en cuestiones de Contabilidad y asuntos tributarios de Hacienda.

¿En qué consiste su método de enseñanza en lí­neas generales?
–La enseñanza en mi Academia es individual; es decir, que cada alumno recibe las explicaciones y hace los ejercicios con independencia de los demás. De esta forma, el que tiene más aptitudes o dispone de más tiempo en casa para estudiar, adelanta más rápidamente. Otra carecterí­stica, qué diferencia mi enseñanza de la de algunas otras academias, es que así­ como en éstas tienen que estudiar gruesos volúmenes que contienen mucha teorí­a, en mi Academia la enseñanza es más bien práctica, limitada en la teorrí­a a lo indispensable. Mi lema es: «Textos, pocos y claros; ejercicios, muchos y variados», pues lo que interesa es que se capaciten para resolver los casos prácticos que se les presenten. Así­, me ha ocurrido, por ejemplo, que un alumno mí­o, sin más práctica que la Academia, se haya colocado como Contable en una Casa cormercial, en la que creyeron, al observar su forma de desenvolverse, que habí­a practicado en alguna otra oficina.
Muchos alumnos suyos han ganado oposiciones en Bancos. Esto sorprende a algunos, teniendo en cuenta quedichas oposiciones suelen celebrarse en San Sebastián, donde hay numerosas academias. ¿Es que tiene Vd. algún sistema especial?
–Nada de eso. Les hago estudiar bien los temas que figuran en el programa oficial mí­nimo para ingreso en la Banca, dando especial preferencia al Cálculo Mercantil, Contabilidad, Legislación Mercantil y Bancaria y Ortografí­a, que son las materias a que conceden mayor puntuación, y sin descuidar, naturalmente,la Correspondencia comercial, Caligrafí­a, Mecanografí­a, etc. Además de emplear textos especiales adaptados al programa, poseo los problemas y demás ejercicios que han servido de exámen en las oposiciones celebradas desde hace varios años en casi todos los Bancos de San Sebastián, en los cuales cuento con amigos, ex condiscí­pulos o ex alumnos, que me facilitarán dichos ejercicios, lo cual me permite conocer la orientación que, dentro de la amplitud del programa, siguen generalmente en cada uno de los distintos Bancos
¿Puede Vd. indicarnos algunos nombres de alumnos suyos que han ganado plazas en Bancos?
–Así­, de pronto no es fácil que me acuerde de muchos. No obstante, le citaré aquellos que me vayan viniendo a la memoria: Rafael González, Javier Iturbe, Juan Marí­a Poblacion, Antonio Cortajarena y Gregorio Ulloa, de Pasajes; Nicolás Zabaleta y Julián Echániz, de Alza; Luis Ganzarain, Jesús Urquiza y Jesús Gutiérrez, de Renterí­a; Juan Pedro Aldabe, de Oyarzun,… y que me perdoncn los omitidos. Los Bancos en que han ingresado son el Guipuzcoano, San Sebastián, Vizcaya, Central, Bilbao y Exterior de España. Tambien son dignos de mención los que han sacado plaza en oposiciones celebradas en Empresas comerciales e industriales, como Luzuriaga, PYSBE, etc., ec.; pero son tantos, que sólo le indicaré los ganadores de las más recientes, celebradas en el mes pasado: José Mª Yarza en la Compañí­a de Maderas, de Herrera, y Miguel Uranga en la Eléctrica Iberduero, de San Sebastián, de auxiliar contable. Ambos muchachos renterianos.
Tenemos entendido que muchas empresas le piden empleados ¿Es cierto?
–Si señor. Algunos jefes de sucursal de Bancos me dispensan la atención de avisarme cuando les hace falta un muchacho para «botones», puesto del que suele ser más fácil pasar a auxiliar; así­ mismo, muchas Casas de comercio y la industria de Renterí­a y Pasajes y Agencias de Aduana y Consignatarias de este puerto, me solicitan empleados para sus oficinas. Aprovechando esta oportunidad, quiero resaltar el rasgo de algunas Empresas que costean a empleados suyos los estudios en mi Academia. Estas son: Tasada y Beltrán, Walter Muller y Cia., Bianchi, y José Manuel Elizalde. Además hay otras Casas que, de vez en cuando, pagan los estudios de algún empleado a quien consideran merecedor de ello.

Cuando llega a este punto nuestra conversación, anuncian otra visita al Sr. Urtasun, lo que aprovechamos para despedirnos, deseándole siga su racha de éxitos, y también cunda el ejemplo de tan altruistas Firmas comerciales.

El Conde Hugo