Los Tres Pasajes, nº 2, 1944

La Academia Municipal
y la Banda de la Sociedad Musical Pasaitarra
Los sorprendentes resultados obtenidos por D. Félix Beteta,
alma y director de ambas, con una ayuda oficial casi nula.
Un ruego al Alcalde D. Jesús Garmendia
Desde el 22 de Agosto de 1931, en que fué disuelta la anterior, Pasajes no dispone de una Banda municipal propiamente dicha.
De dicha fecha arranca, desde aquel momento, la me­ritoria labor que en el terreno del arte musical viene desarrollando el notable profesional, natural de Tolosa, don Félix Beteta.
Este señor, sin otro apoyo oficial que las 1.500 pesetas asignadas a su cargo de director y profesor único de la Academia Municipal de Música de Pasajes, ha reali­zado en estos últimos 13 años la í­mproba labor –sólo estimulada por su vocación artí­stica y el amor que pro­fesa a la villa– de crear y sostener en Pasajes un am­biente musical, convirtiendo su Academia en vivero y cantera de muy estimables artistas.

LA ACADEMIA DE MÚSICA
Dí­as pasados hicimos una visita al local de la Aca­demia Municipal de Música que, como los lectores no ignoran, se halla en los bajos de las Escuelas, precisa­mente a la izquierda de la puerta de entrada a las misma.
Lo que seguramente ignoran quienes nos leen, porque no han visitado la Academia, es el estado de descuido –por no decir abandono– en que el local, con todos sus anexos, se encuentra.
El siguiente resumen será sobradamente elocuente: Cuatro filas de atriles tambaleantes, con otros tantos bancos deslucidos e incómodos; tres armarios, sin ce­rraduras repletos de material y repertorio, y mucho más repletos todaví­a de polvo; un pupitre o cátedra in­suficiente para contener todos los objetos que sobre él se hallan y que con su presencia allí­, inexplicablemente superpuestos y amazacotados, son un desafí­o a la ley fí­sica de la impenetrabilidad. A todo esto agréguese, para tener el cuadro completo, que el pavimento de ma­dera está hundido, desde las últimas riadas, formando una superficie ondulante y a trechos abierta por unos hermosos boquetes, que son a modo de trampas donde, a la menor distracción, cae el pie de cualquiera; y que, apenas traspuesto el dintel, exhala el recinto un hedor a humedad que tira de espaldas.
Realmente: la meritoria labor que bajo aquellas tris­tes paredes realizan el señor Beteta y sus discí­pulos bien merece otra cosa.
El alcalde, señor Garmendia, ha prometido ocuparse de este asunto; esperemos.que lo haga pronto y eficazmente.

LA BANDA DE LA MUSICAL PASAITARRA
La brillante si que callada labor del señor Beteta al frente de la Academia Municipal de Pasajes no repor­taba a la villa, sin embargo, ningún beneficio de orden material.
Alumno que acababa sus estudios en ella, ya se sabí­a: dada la crisis de músicos existente en los pueblos de esta Provincia, inmediatamente era solicitado para formar parte de ésta o de la otra agrupación de fuera; y el hom­bre, luego de estudiar la oferta, la acepta­ba casi siempre y se largaba, –nunca me­jor empleada la común expresión– «con la música a otra parte».
Débase, pues, el caso de que Pasajes producí­a músicos y los exportaba.
Para ponerle remedio a la cosa, el señor Beteta decidió –pese a la ausencia de ayu­da oficial– constituir una Banda de Mú­sica, idea que, desde su aparición, acopió con todo cariño la Sociedad Musical Pa­saitarra, antigua entidad local fundada pre­cisamente para el fomento del arte del pen­tagrama.
Consecuencia del oportuno convenio fué que la Banda se fundó y que la «Musical Pasaitarra» corre con el cuidado de proveerla de ins­trumental y repertorio y de conservar uno y otro. A su vez, la Banda reserva a la «Musical» el 10 por ciento del importe de sus diferentes contratos.
La Banda dispone en la actualidad de 30 músicos y de un repertorio abundantí­simo: más de 300 de piezas de concierto, amén de un sinfí­n de bailables de moda.

LA ACTUACIÓN DE LA BANDA EN EL KIOSKO DE LA ALAMEDA
Desde Mayo pasado, la Banda de la Sociedad Musi­cal Pasaitarra actúa en el kiosko de la plaza del pue­blo, de 6 a 9 de la tarde, los domingos y dí­as festivos.
Pero Pasajes ha llegado a tener tales horas de músi­ca gracias, no al Ayuntamiento, como hubiese sido lo más lógico y natural, sino al considerable apoyo que el comercio local ha prestado, considerándolo de justicia y conveniencia hacerlo, a Don Félix Beteta.
Indudablemente que estas actuaciones de la Banda –hemos empleado de intento la palabra «convenien­cia»– favorecen al pueblo en la acepción material del vocablo.
Antes, la población pasaitarra, singularmente la gente joven, abandonaba el pueblo en pos de una distracción y un entretenimiento que aquí­ se le negaba. Ahora no se va: se queda. Y de las villas próximas, y aun de San Sebastián, vienen muchí­simas personas a solazarse con la música que aquí­ les da el señor Beteta. Lo cual re­dunda, inequí­vocamente, en beneficio del comercio prasaitarra.
Y tanto esto es así­, que se quieren extender estoy conciertos populares a los sábados por la noche.
Todo es querer hacerlo, realmente…

EL SACRIFICIO, CORONADO POR EL ÉXITO
Volvemos sobre el «ritornello» de nuestras lí­neas ini­ciales. Gran mérito el del señor Beteta, cuyo amor por la música y cuya tenacidad sin desmayos han consegui­do no sólo producir –con los escasos medios de que dis­pone– ejecutantes muy estimables, sino crear en Pasa­jes un clima propicio a la consolidación –primero– de una notable agrupación musical que, cuando es preciso, interpreta a los clásicos con soltura y devoción, y –se­gundo– de una costumbre que, al tiempo que recrea el espí­ritu y alegra el alma, beneficia al bolsillo.
Gran mérito, también, el de los 30 subordinados del señor Beteta, trabajadores todos ellos y ex-discí­pulos suyos; los cuales, tras la habitual jornada de su trabajo respectivo, sométense, espontáneamente a ese otro tra­bajo de los ensayos para la preparación de todas las obras –cuantas más mejor– que integran el repertorio de la Banda..
Pero el sacrificio de uno y otros ha sido coronado por el éxito; porque el prestigio de la agrupación musical que dirige el señor Beteta bien puede medirse por la cantidad y calidad de las demandas de actuación que recibe.

UN RUEGO AL ALCALDE
Creemos interpretar el sentir general de Pasajes al rogar al alcalde de la Villa, D. Jesús Garmendia, se haga eco, en el seno de la Corporación que preside, de la meritoria labor del señor Beteta como paladí­n de las inquietudes musicales del pueblo pasaitarra y de los bri­llantes resultados obtenidos, a fin de que aquella se dig­ne prestarle una mayor ayuda tanto moral como mate­rialmente. Que bien sabido es lo que significa y ha significado siempre la música en la vida de los pueblos.

Lucio Ulia