Sucesos

PICOTAZOS

La Unión Vascongada 1898-03-12

Leo:
La seguridad personal en este barrio de Ancho (el de Pasajes), deja mucho que desear.

El domingo último, a las once de la mañana, se suscitó una cuestión entre dos individuos llegando de las palabras a las manos, ante numeroso público.
Habí­a muchos espectadores, autoridades, y… ¿quieren ustedes creer que ninguna de ellas tomó parte para evitar un conflicto?

¡Puede ser que algún dí­a tengamos que pedir responsabilidad a las autoridades!
¡Horror! ¡Terror! ¡Furor!
¿Quieren ustedes apostar a que el autor de la amenazadora, denunciadora, aterradora y en mal hora inserta noticia, lo es también del escándalo y sufridor encore del vapuleo?
¿Y á que no es cierto lo que de las autoridades, (si como tal deben considerarse un sargento de carabineros y un guardia civil, que evitaron ipso facto la comenzada extracción de muelas), no conjurasen el conflicto con su presencia y amonestación?
¿Y á que la bravatilla ha producido el efecto contrario al que su lanzador se proponí­a?

¿Y á que por mucho que grite
Las tortas no hay quien las quite?

¡Pobres autoridades las de Pasajes!

Serán molidas
y atormentadas
porque él lo pide
de una plumada,
pero es en balde
su petición,
porque siempre se encuentra un Ugalde
que de un manotazo
extrae un raigón ¡tararin, tan, tin!

(Música de Valverde, sin Chueca)

¿Les chozca?

En un pueblo vecino dio a luz hace pocos dí­as una cabra tres hermosos cabritos.
Pero no es esto lo raro del caso, sino que al ama das cornudas feras, preciosa joven de 20 Abriles, y locamente enamorada de un garrido mancebo con quien pensaba contraer en breve matrimonio, recibió del novio por tan agradable suceso unas lindí­simas calabazas.

Yo creo que en este asunto
el chico obró cuerdamente.
¡No fuera el diablo a sentar
con esto mal precedente!

Coscorrón